Frío
- Facundo-Emilia Cornellana-Delgado
- 1 feb
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 3 feb
Ya no entibia las manos,
Que se acercan a mendigar
Blancas de ceniza.
Y no prende la yesca mojada.
No está la flama que baila.
Un rescoldo, apenas.
Una brasa, apenas.
Amarga como el resplandor naranja
Del último día.
Que se fue y lo voy olvidando.
Ayer. Hace siglos.
Los párpados pesan como la noche,
La noche larga.
Y golpeo en vano.
Piedra contra piedra.
Piedra contra piedra.
Las chispas arden y mueren.
Las chispas arden y mueren.
Y los días rotan sin sol sobre mi cabeza.
Y algo quema en la duermevela.
El viejo dolor. Su cara. Cerca.
Retiro las manos, que se cuecen.
Pero no hay llamas en el páramo,
Y los párpados pesan.
Se abren y cierran las manos en puños
En ejercicio de letargo.
Sólo hay carbón y ceniza en el páramo,
El páramo largo.
Ella decide cuándo es de día.
Yo caminaré otro trecho más.
Pisando,
Sin prisa,
Esta tumba gris y de todo.
Sólo para ver qué hay más adelante.
Un pájaro.
Una piedra.
Una mano amiga. F.
Comentarios